
Un grupo de inversores de la empresa de servicios ambientales, Urbaser, han pedido el cese inmediato del presidente de la compañía, Juan Manuel April Martorell, tras conocerse su inacción ante los supuestos sobornos pagados por altos directivos de la empresa. Según los inversores, la situación es insostenible y ha generado una pérdida de confianza en la gestión de la compañía.
Parece que el señor Martorell ha estado haciendo oídos sordos ante los supuestos actos de corrupción, en lugar de actuar con rapidez y contundencia. Esta inacción es inaceptable, especialmente en una empresa que debe cumplir con los más altos estándares éticos y de responsabilidad social.
Resulta alarmante que, una vez más, se esté hablando de sobornos y corrupción en una empresa española. Esto demuestra que queda mucho por hacer en la lucha contra la corrupción y la impunidad, y que es necesario actuar con firmeza y determinación para erradicar estas prácticas de nuestro tejido empresarial.
Por tanto, es hora de que los responsables de Urbaser asuman su responsabilidad y tomen medidas contundentes para garantizar la transparencia y la integridad de la compañía. Los inversores tienen todo el derecho a exigir el cese inmediato del presidente de la compañía, y la sociedad española tiene el derecho a exigir que se ponga fin a la corrupción y se promueva la ética empresarial.