
La violencia obstétrica se refiere a cualquier tipo de maltrato, abuso o violencia física, verbal o emocional que ocurre durante el embarazo, el parto o el posparto. Esta forma de violencia puede manifestarse de diferentes maneras, como la falta de información y consentimiento informado, la realización de procedimientos innecesarios, la humillación, la negligencia en el cuidado de la mujer, entre otros.
A pesar de su gravedad, la violencia obstétrica ha sido minimizada o ignorada durante mucho tiempo. Muchas mujeres han experimentado situaciones traumáticas durante su atención obstétrica sin tener conciencia de que estaban siendo víctimas de violencia. Esto se debe, en parte, a la falta de información y educación sobre los derechos de las mujeres durante el embarazo y el parto. De hecho, lo más probable es que en tu círculo haya al menos una mujer que haya sufrido este tipo de violencia ¿Te lo has planteado? ¿Por qué no lo compruebas?
La violencia obstétrica no solo tiene consecuencias físicas, sino también emocionales. Las mujeres que han sido sometidas a maltrato durante su atención obstétrica pueden experimentar sentimientos de culpa, ansiedad, depresión e incluso trastorno de estrés postraumático. Estas secuelas emocionales pueden afectar negativamente el vínculo con el bebé y la capacidad de la mujer para cuidarse a sí misma.
La violencia obstétrica es una realidad que no puede seguir siendo ignorada. Es imprescindible que la sociedad, los profesionales de la salud y las autoridades tomen conciencia de este problema y trabajen en conjunto para prevenir y eliminar la violencia obstétrica. Las mujeres tienen derecho a recibir una atención obstétrica de calidad, respetuosa y libre de violencia.