
Según un estudio publicado por pediatras y trabajadores sociales, los adolescentes que tienen una relación más cercana con sus padres tienen mejor salud mental y física. En este estudio, realizado a lo largo de varios años, se evaluaron a más de 15.000 adolescentes.
Aquellos adolescentes que pasan más tiempo con sus padres, están más satisfechos con su comunicación con ellos y experimentan mayor calidez en sus interacciones, aumentando así sus probabilidades de tener mejor salud. Esto los lleva a ser más optimistas, tener mejores relaciones románticas y ser menos propensos a abusar del alcohol y las drogas cuando llegan a la edad adulta.
El estudio concluye que el tiempo y la dedicación que los padres invierten en sus hijos adolescentes puede tener beneficios profundos en la salud de sus hijos. Aunque la adolescencia es un período difícil para padres e hijos, es una parte de la vida que tiene mucho impacto en años posteriores.