La compañía aérea mantendrá su base en Girona, pero a costa de los trabajadores. El sindicato USO ha anunciado que acudirá a la Inspección de Trabajo para saber si estas nuevas condiciones impuestas por la compañía son legales. Esta base se mantiene gracias a que los trabajadores han aceptado condiciones laborales peores para que no se vayan.
Los más de 160 trabajadores han tenido que renunciar los contratos fijos permanentes y serán fijos discontinuos. Perderán la antigüedad, la categoría y serán agentes de servicio al cliente de los tripulantes de cabina que ya eran. Al no ser fijos, acabarán trabajando nueve meses al año y los tres meses restantes irán al paro, cobrando nueve meses y no los 12 que recibirían.
Este acuerdo llega tras el anuncio por parte de Ryanair el pasado 27 de noviembre donde avisaba a los trabajadores que cerrarían la base sino se revisaban, y rebajaban, sus contratos y derechos laborales con tal de seguir trabajando. El plazo fue de una semana para aceptar, o rechazar, las nuevas condiciones laborales que, al parecer, han aceptado.
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