
Parece que las crisis bancarias no vienen solas, sino de dos en dos. A la caída del banco de Silicon Valley (y su posterior salvación por la Reserva Federal), le ha seguido otra. Se trata del banzo suizo Credit Suisse, que tuvo que ser adquirido por su rival UBS por solo 3.000 millones de dólares.
Sus acciones también perdieron valor, un hecho por el que ya se están preparando demandas judiciales por parte de accionistas e inversores. La caída del banco también afectó a las bolsas europeas y a algunas entidades bancarias españolas, que la semana pasada perdieron 20.000 millones de euros de los cuales han podido recuperar 10.000 esta semana.
Este rescate de emergencia podría costar 13.5000 dólares a cada suizo. Y a pesar de ello, también se espera el cierre de muchas sucursales a lo largo del país, lo que implicaría la pérdida de muchos puestos de trabajo. Al final, el trabajador común es el que más sale perdiendo en este tipo de situaciones.