La realidad sociopolítica internacional está cada vez más activa, dandose la coincidencia que dos grandes manifestaciones ciudadanas sucedan en nuestro mundo.
Francia lleva semanas batallando por el sistema de pensiones, poniendo al filo de la navaja a Macrón, llegando a bloquear el Louvre para forzar al presidente a cambiar el texto de la reforma. Francia es ampliamente conocida por su capacidad combativa, llevando años que no deja pasar ni una a los gobiernos, con una prensa que siempre intenta acojonar con la ultraderecha, tal y como pasa en España. Pero parece que las y los franceses no piensan en quien les gobierna o gobernará, si no en si mismas.
Por otro lado, Israel también ha salido a la calle para luchar contra la reforma del poder judicial, para frenar de esta manera el control ilimitado del gobierno a la hora de tomar iniciativas, teniendo en cuenta que el gobierno isrealita es ultrareligioso y ultraconservador, parece que la batalla de la población es de lo más digna. Este país que lleva siendo años blanqueado por occidente, tiene ahora montada la marimorena, ya que estas manifestaciones han conseguido que el presidente Netanyahu eche atrás su propuesta. Siendo esta una gran victoria del pueblo, sobre gobiernos que pretenden controlar sin contemplaciones ni empatía.
Con todo esto es importante que veamos el valor que tiene luchar en las calles, desde la solidaridad y con la humildad de una población en la que la nacionalidad predominante siempre debe ser la clase obrera, por encima de cualquier bandera.
Mostramos toda nuestra solidaridad a las luchas de los, les y las nuestras, por una clase obrera firme.
