Las fuentes de energías renovables que podemos encontrar en nuestro entorno, ya provengan del sol, del viento, del mar o de residuos son renovadas por la misma naturaleza, por lo que son el mejor amigo para combatir el cambio climático y emiten poco o ningún contaminante ni gases de efecto invernadero, una forma limpia frente a la degeneración medioambiental.
Estoy a favor de todo lo que sea beneficio para el medio ambiente y tener un mundo mejor, pero todo lo que reluce no es oro. Y estas energías tienen su lado oscuro. Cuando vamos hacia el sur vemos la gran extensiones de tierra que han ido ocupando los gigantes de hierro y el impacto visual que esto produce ya que tienen que estar expuestas para un mejor rendimiento, también impacta en la vida de las aves, la flora y la fauna, muchas aves sobre todo las migratorias mueren por las hélices de las turbinas.
Con esto no digo que sean malas ya que aportan más bien que mal al mundo. Pero la mayor parte del planeta está urbanizado por el hombre, cada vez hay menos verde y más gris cemento. ¿Vamos a destruir lo que nos queda con las energías renovables? Esperemos que no. Se sigue estudiando e innovando sobre estas energía y esperemos que en algún momento se llegue a un equilibrio con la naturaleza.
Autora: Alicia Alonso.
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