
Meses después del terremoto que asoló Turquía y Siria, aún muchos niños se enfrentan a condiciones terribles en estos países según informa UNICEF. En Turquía son más de 2 millones de niños y en Siria más de 3 millones los que siguen sufriendo la desolación causada por los terremotos. Especialmente difícil era la situación en Siria, donde llevaban soportando 12 años de una guerra que ya había impactado profundamente en las infraestructuras.
Tanto UNICEF como la ONU piden mayor apoyo económico y humanitario para las familias. Muchas de ellas se han quedado sin hogar ni acceso a agua, atención médica o servicios esenciales. Estas familias ya eran vulnerables antes de la catástrofe, pero esto no ha hecho sino empeorar su situación. Perdieron a familiares y amigos, y sus casas, sus ciudades y sus escuelas fueron devastadas. Muchos niños y niñas siguen sin acceso a la educación y la mayoría acaba abandonando sus estudios para siempre. En el peor de los casos, pueden terminar en matrimonios forzados, trabajos forzosos y otro tipo de situaciones violentas.
Además de los servicios básicos, también es necesaria la atención médica para el estrés post traumático causado por tener que sufrir en condiciones realmente difíciles. UNICEF sigue advirtiendo de la situación de desamparo que sufren los refugiados. Hace un llamamiento a la comunidad internacional para ayudar a recuperar la situación de normalidad en estos países, centrándose, sobre todo, en los niños y niñas de ambos países.