
El castigo corporal puede ir desde las bofetadas a abusos más severos y es la forma más común de violencia contra los niños. La ONG Save the Children informa de que solo el 14% de los niños del mundo están legalmente protegidos del castigo corporal. Esto quiere decir que solo uno de cada siete niños está protegido por leyes.
El castigo corporal no solo se refiere al practicado por los progenitores, sino el que también se realiza por parte de maestros y cuidadores. Cada año estos castigos provocan que miles de niños sufran heridas graves o incluso mueran. Los tratos humillantes y degradantes suponen una violación de los derechos del menor.
Las organizaciones han trabajado durante los últimos años para la total prohibición del castigo corporal, pero solo 65 de 199 países lo han prohibido, incluido en el hogar. Es por ello que Save the Children propone la eliminación completa de todas las formas de castigo antes de 2030, con el fin de cumplir con uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU que se acordaron en 2015. También piden la colaboración para no permitir que estas acciones se perpetúen contra los menores.