
60.000 menores refugiados llegaron a Europa desde 2.014. Ahora, 5 años después, han pasado a ser adultos que necesitan apoyo. Consiste en que realicen la transición adecuada a la edad adulta. Son conclusiones que se recogen en tres informes distintos presentados en la ONU. Según afirman, estos jóvenes deben pasar por tres cambios importantes: paso a la edad adulta, el trauma de realizar viajes largos y el dolor emocional por salir del país natal.
Hay varios factores que dificultan esta transición adecuada. El racismo y la discriminación, los largos procedimientos legales para adquirir la documentación o la complejidad de conseguir un puesto de trabajo son algunos de ellos. En el caso de las niñas se les añade el miedo a la violencia, tanto física como sexual. A favor tienen la relación entre ellos en los Centro Internacionales de Extranjeros, con sus tutores y amigos además de la oportunidad de acceder a una vivienda segura.
Estos informes instan a la Comisión Europea a realizar tres acciones. La primera es facilitar la cooperación entre Estados miembros para determinar el interés que beneficie más a cada niño y aplicar los mecanismos de reagrupación familiar. La segunda es establecer un sistema que sirva para recopilar datos e información fidedigna sobre los niños refugiados y migrantes no acompañados y separados de sus familias, actuales y anteriores, a fin de reforzar los sistemas de protección. En tercer lugar, destinar recursos con cargo al próximo Fondo de la Comunidad Europea para el Asilo y la Migración que sirvan para reforzar y ampliar las buenas prácticas identificadas en el presente informe.
Imagen: Noticias ONU