
Un proyecto piloto en la Escuela Politécnica Federal de Zurich pretende, mediante energía solar, extraer combustibles del aire, el cual podría ser utilizado para barcos o aviones. El proceso consiste en, mediante una unidad de captura de aire, extraer el dióxido de carbono y el hidrógeno para, posteriormente y utilizando dos reactores de reducción de oxidación, utilizar la energía solar para convertir dichos elementos en una mezcla de monóxido de carbono e hidrógeno, el llamado “syngas”. Una de las particularidades de este proceso sería que el producto emitiría la misma cantidad de CO2 que se capturaría, por lo que sería un combustible con cero emisiones netas.
Se calcula que, para abastecer la flota mundial de aviones y buques de larga distancia, sería necesario cubrir 45.000 kilómetros cuadrados con instalaciones de este tipo, cosa aparentemente poco viable a corto plazo. Pero los autores del estudio consideran que su crecimiento en el futuro podría ser comparable al de la energía solar en los últimos 30 años, aunque al ser más costosos que los combustibles fósiles, precisaría de un marco específico favorable para su desarrollo.
Las emisiones de CO2 de la aviación y el transporte marítimo suponen el 8% anual de la emisión de los gases de efecto invernadero.
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