
Hoy se celebra el Día del Libro, una celebración establecida por la UNESCO para promover la lectura en todo el mundo. Podría parecer que en el siglo en el que estamos, la lectura debería ser una actividad libre y sin objeciones. Pero aún a día de hoy se prohíben libros en muchos países del mundo. Especialmente preocupante es el caso de prohibiciones en países desarrollados como Estados Unidos.
De hecho, el año pasado las restricciones de libros en bibliotecas escolares y públicas llegaron a un nuevo récord con 1.200 quejas, según datos de la Asociación Estadounidense de Bibliotecas. El último desafío ocurrió en un condado del estado de Texas. El año pasado, 12 libros fueron retirados de bibliotecas públicas después de recibir quejas debido a su contenido LGBTQ y temas raciales. Las personas que presentaron las quejas alegaron que eran “inapropiados”. Afortunadamente, un juez ordenó que debían volver a las estanterías de estas bibliotecas.
Es una situación triste que en 2023 aún se tenga que hablar de libros prohibidos. Esta es una situación que debería haber quedado en el pasado. Quizás la mejor respuesta ante estas anticuadas quejas es leer con más empeño todos esos libros que tratan de quitar de las estanterías públicas.