
Desde la pandemia, las teorías conspiratorias han aumentado. No hay persona que no tenga en su círculo cercano a alguien que hable de la élite, la agenda 2030, reptilianos y aviones que sueltan veneno. Y en todas, hay un elemento común: el colectivo LGTBIQ+
Cuando empezaron a administrar las primera vacunas frente a la COVID-19, un rabino ultraortodoxo se negó a ponérsela ya que afirmaba que la vacuna “te hacía gay”. Como avanza la ciencia, de buscar la cura contra la homosexualidad, a volverte gay en tan solo unas décadas. Fascinantes neuronas las de algunos.
En 2011, Anders Breivik asesinó a 77 personas y justificó su acción adscribiéndose a la teoría del marxismo cultural, según la cual, la destrucción del mundo libre viene de la mano del feminismo, movimientos LGTBIQ+, ecologismo, ateísmo, multiculturalismo, etc. Que de verdad, que manía tiene la gente esta moderna de buscar la igualdad con lo agustito que estaban algunos violando, pegando al gay de la clase, saliendo a prostíbulos… Y vienen ahora las brujas del feminismo y los pecaminosos del LGTBIQ+ a pedir derechos, !si el caudillo levantara la cabeza!
Y como estás, podemos encontrar centenares de teoría de como el virus LGTBIQ+ infecta al mundo. Que digo yo, que si ver parejas LGTBIQ+ en películas y series te hacen LGTBIQ+, no entiendo de donde salió mi orientación, viniendo de familia heteropatriarcal, sin un solo referente del colectivo durante toda mi adolescencia, ya que ni aquí no hay quien viva se veía en casa por tener imágenes pecaminosas. Deberían los señores políticos preocuparse más por su doble moral y dejar que cada cual quiera y se acueste con quien quiera. Aunque a lo mejor, lo que no entienden algunos políticos y eclesial, es que esas relaciones son consentidas, sin pederastia de por medio.