
En un artículo de The Conversation se aborda la nacionalización de las campañas electorales locales en España y cómo esto reduce su independencia. También explora las funciones de las campañas, que incluyen legitimar el sistema democrático, seleccionar representantes y persuadir a los votantes. La persuasión de los votantes es uno de los objetivos más claros de las campañas electorales. Sin embargo, los cambios de voto son menos comunes en contextos de polarización afectiva, donde los votantes tienden a mantener su fidelidad a los bloques ideológicos. Por lo tanto, las campañas se centran en reforzar el apoyo de los votantes ya comprometidos y movilizar a aquellos que tienen cierta predisposición favorable hacia una opción política, ya sea por su ideología o simpatía hacia un partido en particular.
La ciencia desempeña un papel importante en las campañas a través de encuestas y grupos de discusión, que ayudan a segmentar y personalizar los mensajes. Los partidos políticos definen grupos demográficos y sociopolíticos para adaptar sus mensajes. Además, la investigación cualitativa, como los grupos de discusión, ayuda a comprender los discursos y razonamientos de los votantes, lo que se utiliza para la elaboración de mensajes y la elección de temas clave de la campaña.
En las campañas contemporáneas, se destaca la personalización y el uso de estrategias digitales.