La temporada de incendios va a comenzar en Brasil. ¿Podemos parar la destrucción de la Amazonia?
Foto de portada: João Laet/The Guardian
En el noreste de Brasil, en el estado de Pará uno de los epicentros de la industria de la soja y el maíz de la Amazonia, los incendios devastadores se suceden. Una investigación del diario británico The Guardian se adentra en el reino de los fuegos incontrolados, en el que las aberrantes políticas medioambientales del presidente Jair Bolsonaro, representan el paraíso de los destructores de la Amazonia y del medioambiente en general. El año pasado llegaron a haber mas de 300 incendios en un solo día. El riesgo este año es aún mayor, ya que el COVID19 ejerce de pantalla invisibilizadora de este gigantesco ecocidio.
Hay que remontarse a la dictadura militar brasileña que asolo el país carioca entre 1964 y 1985 para encontrar una situación peor para el inmenso pulmón verde del planeta. Pero entonces los recursos técnicos para destruir la vasta jungla eran muchos peores y los gobiernos de la dictadura no supieron organizar mejor, afortunadamente la destrucción del océano verde del planeta. Construyeron grandes carreteras y favorecieron la emigración desde el pobre nordeste brasileño. Pero el sistema de propietarios que intentaron crear, vendiendo tierras que eran del estado hasta entonces no funciono, en manos de la corrupción imperante.
Pero 34 años después de la caída de la dictadura, Bolsonaro un nostálgico de la misma, que fue capitán del ejercito, es ahora el controvertido Presidente neofascista brasileño. No solo niega la gravedad del coronavirus que se extiende incontrolado por toda el país; sino que desde el gobierno federal hace todo lo posible para permitir la destrucción de la selva amazónica . Además ha declarado su desprecio a todas las comunidades indígenas brasileñas, dando vía libre al exterminio de todas aquellas que se pongan en el ojo de mira, de la explotación masiva del Amazonas y de sus recursos.
Este reportaje se adentra el bosque Jamanxim, en el estado de Pará, que es administrado por el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), una agencia ambiental federal que lleva el nombre del mítico recolector de caucho, activista y líder ecologista de los años 80, que ganó la aclamación internacional antes de ser asesinado en diciembre de 1988 por ganaderos.

Fotografía de João Laet/The Guardian
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Autores: Dom Phillips y Daniel Camargos