
La genetista Elvan Böke ha recibido dos millones de euros para estudiar por qué los óvulos no envejecen como el resto de las células del cuerpo. Su trabajo se centra en investigar los ovocitos, las células que dan origen a los óvulos.
Las mujeres nacemos con una dotación de óvulos inmaduros (los ovocitos) que durante décadas se mantienen en su condición original y suelen vivir una media de 40 años. Hasta hace bien poco, se desconocía la razón por la que estas células se mantienen en estado latente durante este tiempo.
Gracias a la investigación de esta científica, se está desvelando el mecanismo que utilizan los ovocitos para preservar su fertilidad. En un estudio publicado en 2022, resuelven que una razón de peso es el hecho de que las mitocondrias no generan radicales libres que los oxiden y degeneren.
El trabajo de Elvan Böke es particularmente importante debido a que pone el acento en investigar la fertilidad femenina. Esta aún no se comprende muy bien, cosa que no ocurre con la fertilidad en el hombre. Gran parte de este desconocimiento se debe a que existen muchos más estudios sobre el esperma que sobre los ovocitos humanos.
Para la genetista, con una población tan envejecida como la que tenemos, tener problemas de infertilidad supone un problema muy importante. Es necesario, por tanto, continuar con este tipo de investigaciones, que además pueden contribuir a entender y mejorar la longevidad de otros tipos de células.