
Para las personas que no conozcan a Jean-Michel Basquiat o también llamado SAMO fue un artista afroamericano en la década de los 80. Era una persona que desafió las normas establecidas y abordó temas como la raza, la identidad y la marginación en sus obras.
Hablamos de una época donde aún existía un fuerte racismo y donde las disparidades radicales eran evidentes. SAMO utilizó su arte para dar voz a las experiencias y las luchas de las comunidades afrodescendientes. A través de sus pinturas y grafitis, exploró la historia y la cultura negra, así como las desigualdades sociales y económicas que enfrentaban.
Su arte podría encajar dentro del arte contemporáneo, neoexpresionismo y primitivismo. Su estilo era distintivo y enérgico, en sus obras solía combinar imágenes, palabras y símbolos. Además Basquiat abrió nuevos caminos para los artistas de color y demostró que su voz era relevante y valiosa.
Cuando hablamos de legado es porque su éxito como artista afroamericano inspiró a otros a seguir sus pasos y a reivindicar su propia identidad en el mundo del arte. A día de hoy continúa siendo fuente de inspiración para artistas contemporáneos que defienden la diversidad y la inclusión. Su valiente enfoque y compromiso por sus creencias luchando a través de su arte para dar visibilidad a la lucha por la igualdad en el arte y en la sociedad en general.
Fuente de la imagen: https://www.flickr.com/photos/eliasroviello/38630174050