
Actualmente, la agricultura europea enfrenta varios problemas como son el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Una de cada tres especies de abejas y mariposas está en peligro, y esto a su vez pone en peligro a las plantas cultivadas y flores silvestres que dependen de la polinización animal. En definitiva, esto supone una amenaza para la seguridad alimentaria de Europa.
Hace unos años, se inició una recogida de firmas desde la Iniciativa Ciudadana Europea. En la petición se instaba a proteger a las abejas y la salud de las personas eliminando los plaguicidas sintéticos antes de 2035. Con esta eliminación gradual se pretendía restaurar la biodiversidad y apoyar a los agricultores en la transición hacia el uso de productos menos dañinos para el medio ambiente.
La iniciativa, llamada “Save bees and farmers!” había recibido un millón de firmas de ciudadanos preocupados por el tema expuesto. La Comisión Europea ha reconocido el impacto de la propuesta, pero no va a presentar nuevas leyes al respecto. En cambio, pedirá que se adopte con mayor rapidez las que están ya en negociación. De hecho, la Comisión Europea ya tiene una estrategia, que presentó en 2020, llamada “De la Granja a la Mesa” en el que se pide que se reduzca el uso de plaguicidas en un 50% de aquí a 2030.