
Utilizando datos de satélites, se ha podido determinar la sequía severa que sufre Europa. Más de una cuarta parte del continente está sufriendo sequías desde el mes de abril y la mayoría de países ya se está preparando para un verano aún más seco que el del año pasado. El aumento de las temperaturas tampoco ayuda a mejorar la situación.
Según los expertos, el agua subterránea en Europa es escasa e incluso una temporada de lluvias en primavera no podría solucionarlo. La sequía del año pasado terminó agotando las reservas artificiales de agua del continente y los gobiernos están estudiando cómo hacer frente a la escasez de agua en verano. Debido a la especial urgencia de la situación, se espera que vaya a ser el tema central de los futuros debates políticos.
Los expertos en el clima afirman que el cambio climático altera los patrones de lluvia. Por lo tanto, predecir las precipitaciones durante periodos largos es difícil. La mala gestión del agua, el consumo excesivo y el aumento de las temperaturas jugarán papeles decisivos durante la temporada de sequías. Solo queda esperar que los gobiernos y organizaciones tomen las medidas más adecuadas y no se descontrole demasiado la situación.