La sesión de control al Gobierno en el Senado del pasado miércoles 23 de noviembre se ha distinguido de cualquier otra anterior por rozar el esperpento en varios momentos. Para empezar, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, no ha parado de leer en sus papeles las preguntas que le realizaba al ejecutivo, transmitiendo la imagen de líder al que alguien le escribe sus discursos. A esto hay que sumarle que, a la hora de las respuestas a sus preguntas de Luis Planas, ministro de Agricultura, Feijóo ya había abandonado su escaño y, probablemente, también la sede del Senado.
Pero si hay una anécdota que ha marcado esta extraña sesión en la Cámara Alta ha sido la arenga en la que Feijóo se preguntaba ¿»Dónde están hoy los diputados de Podemos?», olvidando, en primer lugar, que esa institución es el Senado y, por tanto, sus representantes se denominan senadores y no diputados y, en segundo lugar, olvidando también que debido a la forma de elección de éstos, formaciones políticas como Unidas Podemos no han podido obtener ningún acta en esa cámara durante esta legislatura.
La actuación de Feijóo hizo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saliera muy reforzado de la sesión, pudiendo permitirse incluso el lujo de acusar al líder de la oposición de dejarse marcar la agenda por la derecha mediática, al coincidir parte del discurso del primero con los titulares publicados esa misma mañana por el diario El Mundo.
