
A la hora de impartir formación, dos de los desafíos particularmente difíciles de abordar son estimular la motivación y mejorar la eficacia del aprendizaje.
En este sentido, los docentes se enfrentan constantemente al reto de encontrar actividades interesantes en el aula para enseñar contenido e involucrar a los estudiantes en lo que están aprendiendo.
Es esencial, por tanto, encontrar formas creativas y atractivas de enseñar las diferentes materias, superando al mismo tiempo las limitaciones temporales y de espacio del aula.
Una de las maneras que están más en auge en este momento es integrar técnicas de gamificación en la clase. Se ha visto que el juego es una estrategia de enseñanza efectiva para mejorar los resultados de aprendizaje. Específicamente, los juegos mejoran la retención del conocimiento, promueven el aprendizaje basado en problemas y motivan a los alumnos a involucrarse más en la materia que están estudiando.
Ayer tuvimos la oportunidad de practicar en clase con el material teórico del primer módulo. Una manera interactiva y divertida de que los alumnos no sólo aprendan, sino de que contextualicen la teoría a su futura práctica profesional.