Al diputado autonómico del partido Vox, Carlos Pollán, parece sonreírle la suerte por primera vez en su vida. Antes de que en este año 2022 consiguiera acceder por primera vez al parlamento de Castilla y León como diputado de Vox, la vida de este señor parecía condenada a un fracaso vital tras otro.
Antes de su entrada en política, Carlos Pollán fue presidente del club de balonmano Ademar, el cuál estuvo a punto de desaparecer bajo su mandato. Cuando dimitió como presidente de esta entidad deportiva, el club se encontraba en concurso de acreedores y debía casi un millón de euros, de los cuales 300.000 correspondían a la Agencia Tributaria y 200.000 a salarios de jugadores y miembros del cuerpo técnico. El equipo pudo ser salvado in extremis por la nueva junta directiva tras la salida de ésta del ahora diputado autonómico.
Sus inicios en política tampoco fueron fáciles. En 2019, simultaneó candidatura a Alcalde del municipio leonés de Sariegos con ir en quinta posición a la lista autonómica de Vox en la provincia de León, pero en aquella ocasión, su partido no obtuvo ni un solo concejal por aquel municipio ni tampoco diputado autonómico alguno por la circunscripción leonesa.
Pero ahora, su suerte parece haber cambiado: Vox entrará a formar parte del ejecutivo autonómico de Castilla y León en coalición con el PP, quien no ha presentado candidato a presidir el parlamento autonómico para facilitar la elección de Pollán como presidente de esta institución.
Lo abultado de la retribución de éste y otros cargos autonómicos, tanto de Vox como del PP, los cuales superan en varios casos lo que perciben los ministros e incluso el presidente del gobierno de España, no ha impedido a ambos partidos hacer demagogia con el argumento populista del «exceso de gasto político» para reducir las retribuciones de los/as representantes de la oposición. Dejando, por ejemplo, al Grupo Mixto en las Cortes de Castilla y León con un solo portavoz liberado frente a los dos con los que contaba en la legislatura pasada.
