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Diversos estudios confirman que, en general, dormir menos de seis horas es malo para la salud. Se ha comprobado que determinadas condiciones cardíacas, una mayor propensión a la obesidad e incluso la diabetes, se ven negativamente influidas por alteraciones en los patrones regulares de sueño.
Y es que dormir bien ayuda a tener mejores hábitos de salud. Las personas con mejor calidad del sueño tienden a tener más energía y motivación para sostenerse en hábitos alimenticios correctos. Asimismo, es un factor que nos ayuda a mantener nuestros planes de ejercicio.
Otras investigaciones han encontrado que un buen descanso correlaciona positivamente con una correcta segregación de las hormonas que controlan el estrés y el metabolismo. Esto ayuda enormemente a mantener la salud del corazón, ya que contribuye a mantener a raya la presión arterial alta y otros factores de riesgo en enfermedades cardíacas.
A veces, con tantas distracciones y cosas que tenemos pendientes de hacer, vamos postergando la hora del descanso. Sin embargo, la prioridad debería ser mantener una correcta higiene del sueño y ayudar a proteger de esta manera nuestra salud cardiovascular.