
Muchas personas alrededor del mundo han sufrido las consecuencias de perder un trabajo. La ansiedad y el estrés son habituales cuando no se sabe qué va a ocurrir a continuación, cuándo se va a conseguir otro trabajo o cómo se van a pagar las facturas. Según los expertos, el cerebro odia la incertidumbre y el desempleo es una situación de incertidumbre continua.
Las crisis financieras y la pandemia han supuesto la pérdida de miles de trabajos. Esto ha dejado a muchos trabajadores sin un puesto de empleo. La búsqueda de trabajo supone un periodo de ansiedad por la alta competición existente y cada vez se tarda más tiempo en encontrar un nuevo empleo, pudiendo alargarse hasta un año. Esta ansiedad contribuye al deterioro mental y físico, por lo que es aconsejable intentar controlarla para que no siga afectando a nuestra salud.
Hay formas saludables de lidiar con los síntomas de la ansiedad cuando se está buscando un empleo. Mantener un horario y ser constante a diario nos da sensación de estabilidad. Marcarse objetivos realistas y no querer hacerlo todo en un día. Mientras se continúa la búsqueda, es importante seguir formándose. Aceptar los rechazos y descansar. Ante todo, mantener una actitud optimista en el proceso y no dejarse llevar por el desánimo.