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10 de junio de 2023

En un artículo para ALAI, Alejandro Pérez Polo analiza el auge de la extrema derecha y las principales causas que han contribuido a su crecimiento después de la crisis económica de 2008. Se señala que la crisis financiera desencadenada por la Gran Recesión generó un terreno fértil para el surgimiento de movimientos de extrema derecha en Europa y otros países occidentales.

El texto comienza haciendo referencia a las movilizaciones populares que tuvieron lugar en España, Grecia y Nueva York en 2012, y destaca que en ese momento la extrema derecha no tenía una presencia significativa. Sin embargo, se señala que la crisis económica y la descomposición ideológica del neoliberalismo abrieron el camino para el surgimiento de nuevos actores políticos.

La crisis de representación, los fallos de los medios de comunicación y la asociación de la ciencia con lo oficial fueron algunos de los factores que contribuyeron a la crisis de hegemonía y al surgimiento de discursos de extrema derecha. Se menciona que inicialmente fue la izquierda popular la que aprovechó la oportunidad, pero luego su impulso se debilitó y la extrema derecha ganó terreno.

El artículo también destaca el papel del miedo como emoción dominante en Occidente durante la recesión. Se menciona el miedo a los refugiados, a Rusia, al cambio climático y a las protestas sociales, entre otros. La extrema derecha se presenta como una respuesta tranquilizadora a estos miedos, promoviendo valores tradicionales y la fortaleza del Estado.

Se argumenta que la extrema derecha no está en contra de la democracia burguesa o liberal, sino que busca tomar el control de ella. Su atractivo radica en su capacidad para abordar los miedos y angustias existenciales que afectan a Occidente en general.

Además, se menciona la falta de conexión emocional de la izquierda con las clases populares y la estigmatización de estas. Se critica que en lugar de establecer una conexión empática con las demandas de las clases trabajadoras, muchas veces se las desconfía o se las acusa de ser instrumentalizadas por la extrema derecha.

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