
Esta semana, del 22 al 25 de mayo, se ha celebrado la Semana de Protección de Civiles donde se ha estado debatiendo sobre cómo mejorar las formas de protección. Según informa las Naciones Unidas, los civiles siguen siendo los más afectados en los conflictos armados. De hecho, en 2022, el número de civiles que fueron asesinados aumentó hasta el 53%.
Desde la ONU se insiste en una mayor defensa de las leyes del derecho internacional humanitario. Esto es especialmente importante para aquellos más vulnerables como niños, mujeres embarazadas y personas con discapacidad. Además de afectar a las personas, los conflictos afectan a las infraestructuras con la destrucción de viviendas, escuelas y centros de salud. Esto también impacta a los ciudadanos, que se ven sin hogares ni acceso a atención médica o educación.
Los trabajadores humanitarios también tienen que superar muchos desafíos para hacer llegar sus esfuerzos en medio de los conflictos. Pero los impedimentos y sanciones de los Estados hacen que su labor sea mucho más difícil y, por lo tanto, no puedan llegar a las personas más necesitadas. También estos trabajadores han sufrido ataques, resultando heridos o muertos. La ONU y otras organizaciones como Amnistía Internacional piden que se refuercen las medidas y que los estados se compromentan a respetar las leyes humanitarias vigentes.