
Las uniones entre parejas del mismo sexo fueron legalizadas en Italia en 2016, en contra de partidos conservadores. Aunque no se les permitió la adopción de hijos, algunas ciudades, como Milán, acogiéndose a una falta de legislación clara, sí lo permitió. Ahora, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha ordenado al ayuntamiento de Milán que deje de registrarse a los hijos de estas parejas.
El propio alcalde de Milán, Giuseppe Sala, ha declarado que no le ha quedado otra opción que acatar la decisión de la primera ministra. Pero los hijos de estas familias han quedado en una especie de vacío al no estar oficialmente registrados, con las consecuencias legales que ello pueda traer.
La comunidad LGBT+ italiana siente que han dado un paso atrás en su lucha, con sentimientos de frustración y desesperanza. Es por ello que se esperan protestas este sábado 18 de marzo. Las protestas han sido convocadas por familias, activistas del colectivo LGBT+ y partidos de la oposición del gobierno de Meloni.
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