La quiebra del banco de Silicon Valley ha sido la noticia más sonada de los últimos días. Supone la mayor caída de una institución financiera desde la crisis de 2008, pero la peor parte se la llevan las empresas que dependían de su financiación. Desde hace años, el banco de Silicon Valley ha colaborado con más de mil empresas tecnológicas dedicadas a la inversión en tecnología para combatir el cambio climático. Pero la reciente quiebra del banco puede ponerlas en peligro. Estas startups trabajaban en diversos proyectos relacionados con las energías renovables y habían recibido préstamos por valor de miles de millones de dólares.
Especialmente afectadas han sido las empresas dedicadas a los huertos solares. El banco había participado en más de un 62% de los tratos financieros para proyectos de esta índole, que estaban especialmente dirigidos a áreas residenciales de familias con bajos ingresos.
Habrá que esperar para saber si de alguna manera otras instituciones financieras pueden ayudar a salvar estas empresas y ayudarlas a continuar con su labor de lucha contra el cambio climático. Es triste ver cómo personas que están trabajando por crear tecnologías que ayuden a la sociedad en su conjunto estén viéndose afectadas en un momento tan decisivo para el planeta.
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