
Las políticas keynesianas han sido la seña de la identidad de la izquierda en EEUU y Europa, especialmente después de la Gran Depresión y de la II Guerra Mundial. Estas políticas fueron las responsables del aumento del nivel de vida de las clases bajas y medias, de unos buenos servicios públicos y de una política fiscal redistributiva que exige a los ricos una mayor contribución.
En el Reino Unido, Boris Johnson que en principio se reía de la Pandemia y no quiso tomar medidas de confinamiento, después de su padecimiento de la enfermedad, las cosas cambiaron. Parece que sus ideas de política económica también está cambiando. Con la situación extrema de la pandemia, el primer ministro británico, quiere aplicar políticas keynesianas defendidas por el laborismo y la socialdemocracia
A pesar de su liberalismo, Johnson ha socializado provisionalmente la economía país, y el estado está pagando el 80% de los salarios de los trabajadores de empresas privadas, a través de los “ERTE británicos” para que no sean despedidos, y por tanto suba el paro.
Este plan de medidas sin duda es el que la inmensa mayoría de los gobiernos del mundo están adoptando porque las políticas de austeridad solo consiguieron generar sufrimiento y no solventar ningún problema. También en el muy de derechas Reino Unido están apostando por esas políticas de que nadie se quede atrás como está haciendo el Gobierno de España. Aunque se tenga que acudir a la deuda. El debate posterior es ¿subir los impuestos para aliviar el endeudamiento? A quienes, a todos o solo a las personas más ricas? LO que parece que no debería de plantearse son las políticas de austeridad que tan malos resultados han ofrecido.
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