
Following the World Health Organization’s declaration of COVID-19 as a global pandemic, World Vision immediately declared a global health emergency response. In Cox’s Bazar, World Vision is acting swiftly to help families in Rohingya and host communities to protect themselves. World Vision, in partnership with UNICEF, is distributing soap to Rohingya refugees to help prevent Corona virus (COVID-19). Each family receives 10 pieces of bath soap (100 grams per piece) and five bars of laundry soap (130 grams per piece) each month for washing hands, bathing and washing clothes. Since June 2019, World Vision, in partnership with UNICEF, has distributed 264,975 pieces of soap to 17,665 families (88,325 refugees). World Vision’s staff members have been raising awareness about proper handwashing since the beginning of the response in 2017 through our learning centres for children and through many other programmes in the camps. Handwashing stations equipped with soap and water have been set up at all our field distribution points and camp facilities, including WFP food assistance points, women’s safe spaces, learning centres and multi-purpose centres.
Las familias rohingya que viven en el campo de refugiados más grande y densamente poblado del mundo se preparan para la posible propagación de COVID-19 mientras las agencias humanitarias se aseguran de poder ofrecer servicios esenciales para salvar vidas a casi 1 millón de personas, informa World Visión.
Los 859.000 refugiados que subsisten en la megaciudad improvisada son extremadamente vulnerables a COVID-19. Más de la mitad de la población son niños. Si bien hasta la fecha no se han reportado casos de COVID-19 en los campos de refugiados, el 23 de marzo se confirmó un caso de una mujer de Bangladesh que vivía en la comunidad local de Cox’s Bazar, en el sur de Bangladesh.
«Como la mayoría de nosotros, los refugiados se quedan adentro para tratar de ‘aplanar la curva’, pero el campamento es posiblemente el lugar más difícil en la tierra para hacer eso en este momento», dice Rachel Wolff, Directora de Respuesta de World Vision en Cox’s Bazar. «El distanciamiento social es casi imposible para las familias en uno de los lugares más densamente poblados del mundo, algunos viven ocho personas en una sola habitación».
En los campamentos, unas 40.000 personas por km cuadrado viven en refugios de plástico abarrotados, más de 40 veces la densidad media de Bangladesh, uno de los países más poblados del mundo.
«Los padres rohingya están haciendo todo lo posible para proteger a sus hijos», afirma Wolff. «Les están enseñando cómo lavarse las manos y pidiendo más información para estar mejor preparados. Estamos en el terreno ayudándoles a prepararse por si el virus llega a los campamentos pero hay mucho más por hacer y hay poco tiempo».
World Vision y otras agencias humanitarias están prestando servicios esenciales que incluyen asistencia alimentaria, servicios de salud y nutrición, y agua y saneamiento a los campamentos durante el confinamiento nacional que comenzó el 26 de marzo. En este momento el gobierno ha limitado las actividades de organizaciones de ayuda humanitaria a servicios esenciales de supervivencia, por lo que otros programas como los Espacios Seguros para Niños han sido cerrados.
En previsión a la situación que se iba a vivir en el campamento, World Vision había instalado 3.750 puntos de lavado de manos adicionales en los campamentos y distribuido jabón a 17.700 familias más. Además, en asociación con el Programa Mundial de Alimentos, continuamos con nuestro trabajo regular de proporcionar raciones de alimentos a 96.000 hogares mensualmente.
“Nuestra prioridad es el bienestar de los niños refugiados y sus familias. Necesitan mantener sus niveles de salud y nutrición altos para tener la mejor oportunidad de combatir el virus ”, dice Wolff.
COVID-19 amenaza con hacer que los niños refugiados sean aún más vulnerables, amplificando las amenazas de protección que enfrentan a diario, como la violencia física y sexual, la explotación y el abuso, el matrimonio infantil, el trabajo infantil y la violencia de género.
«Es probable que aumente el número de menores separados y no acompañados ya que los cuidadores mayores corren un alto riesgo de mortalidad por el virus», apunta Isabel Gomes, Directora Global de Operaciones Humanitarias de World Vision International. “Es vital que el mundo proteja a estos niños de soportar la carga de COVID-19. Continuamos instando a los líderes mundiales y gobiernos a unirse en una respuesta unificada «.