
Sánchez anunciaba hace unos días la nueva ley con la que buscan la paridad en gobiernos y órganos de decisión de las empresas, pretendiendo alcanzar una de las grandes metas del feminismo, la igualdad de oportunidades y aumentar la representación de mujeres en la toma de decisones.
En lo que el presidente considera “una ley referente en Europa”, se plasmará que las listas de representación electoral deberá haber paridad obligatoria, añadiendo la ministra Montero que se busca que las “feministas llenen las instituciones”.
Por su lado el Partido Popular critica esta ley considerando que es “un anuncio mediático que no pueden tapar años de equivocaciones en el ámbito del feminismo”. Además de considerar que es una forma de salvar la papeleta por la “ex-carcelación a violadores y tener diputados que cobran mordidas pagadas con el cuerpo de mujeres”. Siendo quizás esta declaración, del vicesecretario Pons, lo menos oportuna posible, ya que en ningún momento valora el potencial de esta propuesta de ley, sino que se ataca sin desmesura al grupo de gobierno. Otra gran lección política de los populares, que sumidos en la campaña electoral solo pretenden desprestigiar la labor técnica y ministerial que hay detrás de la propuesta.
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